martes, 22 de junio de 2010

Examen de mordidas

En criminología, el dictamen pericial del odontólogo forense resulta fundamental en casos de identificación, cuando la huella es una mordida.

Los casos de huellas de mordida estudiados en la oficina del médico forense en la ciudad de Nueva York han sido casi exclusivamente de homicidios de niños maltratados y de homicidios iniciados con estupro o violación. El carácter de la mordida es muy diferente en los dos casos.

Las marcas de mordidas en el homicidio por móvil sexual se hicieron lentamente, y con gran dosis de sadismo, por lo cual muestran un detalle excelente. En cambio, las hechas en casos de niños maltratados son difusas, causadas con poco detalle y dan la impresión de que se realizaron rápidamente, sin selección de sitio y con rabia.





La mayoría de las veces, el odontólogo forense hace impresiones múltiples en moldes apropiados, siempre en cera, de las marcas de la mordida del sujeto sospechoso y las compara con las que se encuentran en la victima, en una buena fotografía tomada con lente de acercamiento. En casos de mordidas es conveniente tomar buenas fotografías y archivarlas con la historia clínica y las huellas en cera de los sospechosos. Hasta la fecha no se tienen gran experiencia en este procedimiento, por lo cual los resultados no son muy confiables, pero constituyen una buena prueba. Esta será aún más valiosa si en el levantamiento de cadáver se tomó algo de material de las hoquedades del mordisco, con el cual se pueda clasificar el tipo de sangre.

El odontólogo forense tiene la gran oportunidad de hacer el diagnóstico del niño maltratado cuando practica el examen rutinario de la boca de niños; así, puede observar dientes faltantes, lesiones en carrillo, lengua y encías, no explicables por causas comunes.

De toda la valiosa ayuda que el médico forense puede obtener del odontólogo, cabe destacar la edad.


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